Su ronroneo me llama
y me despierta cada día
como una dulce dama
que da sentido a mi vida.
Palpita mi corazón
a ritmo de acelerador
recorriendo esos caminos
llenos de motoqueros,
mis fieles compañeros.
Es la incomprendida
la margina de la sociedad
su solo dos ruedas
da envidia a los demás.
Es mi compañera de viaje,
forma parte de mí ser,
solo ella me entiende
y con ella disfruto cada atardecer.
Me susurra al oído
con cada kilómetro
y yo la respondo
diez litros de sin plomo.
Quiero a mi moto
me acompaña en todo recorrido
siempre está cerca
recorriendo el mundo a mi lado.