Los caballos de acero ruedan a través de las colinas,
el silencio espectral es el marco natural bañado por luciérnagas,
Hay encuentros con ojos brillantes de animales por las cuestas,
Y rugen los motores cual corceles que relinchan.
A veces, vago solitario
Y me siento muchos,
Otras, ruedo en bandada
Y me siento uno.
Raudo y veloz cruzo la campiña
Los faros de la luna guían nuestra aventura,
Los amoríos de insectos se confunden en la riña
Escuchando el arrullo del agua cristalina y pura.
¡Cuánta libertad existe mis amigos!
Que la tenemos al alcance de la mano,
Sigamos cruzando sierras, maizales y trigos
Hasta encontrar en cada puerto un hermano.
Ese frio errante y roció de la mañana
Aquella titilante estrella a la distancia,
Son un halito de luz que nos reclama
Que recorramos la tierra y sus montañas.
Panoramas inverosímiles conocemos
Vivimos extravagante rodeo con las motos,
Dios ilumina las carreteras y senderos
Para rodar en esta vida como locos.
Este pensamiento fue dedicado a un servidor,
El abuelo de Salamanca espero les sea de su agrado.