Caballos de Acero

Los caballos de acero ruedan a través de las colinas,
el silencio espectral es el marco natural bañado por luciérnagas,
Hay encuentros con ojos brillantes de animales por las cuestas,
Y rugen los motores cual corceles que relinchan.

A veces, vago solitario
Y me siento muchos,
Otras, ruedo en bandada
Y me siento uno.

Raudo y veloz cruzo la campiña
Los faros de la luna guían nuestra aventura,
Los amoríos de insectos se confunden en la riña
Escuchando el arrullo del agua cristalina y pura.

¡Cuánta libertad existe mis amigos!
Que la tenemos al alcance de la mano,
Sigamos cruzando sierras, maizales y trigos
Hasta encontrar en cada puerto un hermano.

Ese frio errante y roció de la mañana
Aquella titilante estrella a la distancia,
Son un halito de luz que nos reclama
Que recorramos la tierra y sus montañas.

Panoramas inverosímiles conocemos
Vivimos extravagante rodeo con las motos,
Dios ilumina las carreteras y senderos
Para rodar en esta vida como locos.

Este pensamiento fue dedicado a un servidor,
El abuelo de Salamanca espero les sea de su agrado.

Motolatría (Culto a la Moto)

Se somete al gran mito de la moto 
y es rodar su «deporte» favorito; 
de la rueda y el ruido hace su rito 
y del riesgo y del reto es un devoto. 

De montura metálica es piloto 
y así rueda tal raudo meteorito, 
convirtiendo la calle en circuito 
donde escupe su escape el alboroto. 

La calzada es asfáltico tapete 
donde apuesta su vida cada dia 
con su moto por mítico juguete. 

Esclavo de febril motolatría, 
se transforma este ser en un cohete 
que hace trizas la paz y la armonía… 

Wenceslao Mohedas Ramos

 

Deberíamos Hacer un Contrato

Deberíamos hacer un contrato,
un pacto entre tú y yo.
Un acuerdo que se llame “Nos querremos para siempre.”

Uno que estipule que nos guardaremos en la memoria,
que seguiremos el rastro cuando nos perdamos en nosotros mismos,
que seremos prioridad cuando haya muchas cosas por hacer.

Una cláusula que mencione hacer el amor en el mar,
y en otra que yo cocino todos los días excepto los domingos,
ya que ese día saldremos a rodar y te invitaré a almorzar.

No olvidemos incluir que el primer día te diré cuanto te amo,
tomaré tu brazo cuando caminemos por la calle,
te abrazaré cuando estemos sobre la moto y que,
de vez en vez, miraremos las estrellas y los paisajes.

Entre las condiciones debe estar que seremos fieles.
Por favor, agrega que nos acurrucaremos cuando haga frío,
que tendremos nuestro propio lenguaje, uno telepático con miradas,
una sonrisa o un guiño, que sabremos cuando queramos salir a rodar;
que haremos travesuras para romper la rutina
y la obligación de comunicarnos cuando algo nos moleste.

Entre las generalidades habrá que escribir que reiremos todo el tiempo,
que tendremos un apodo de cariño y me darás un millón de besos diarios,
y uno que otro detalle que motiven mi pasión por las motos,
aunque claro estoy dispuesto a negociar.

Por último, en anexos, sólo quiero anotar que puedes contar conmigo para lo que necesites,
que eres lo mejor que me ha pasado,
que te quiero como nunca y como siempre,
que intentaré hacerte feliz todos los días.

No hagas caso de lo suspicaz de un papel,
porque mi contrato no expira,
está escrito en mi corazón, el primero y el único,
que cuando quieras, mi amor es tu refugio,
tú el mío y mi motocicleta tu mejor medio de transporte.

Historia del Chaleco Biker y sus Parches

Ninguna prenda define más el mundo custom que el chaleco, pero ¿de dónde viene esta prenda?, ¿por qué un chaleco y no otra cosa?, ¿qué parches y por qué?

Bien, vayamos como siempre a Estados Unidos. Coincidiendo con el nacimiento de las competiciones de motos, se funda en 1.929 la Asociación Motorista Americana (AMA). La AMA, como organismo responsable del deporte de la motocicleta en Estados Unidos, organizaba campeonatos de todo tipo, y entre sus competiciones estaba, curiosamente, el de moto club mejor vestido. Así, fue tomando cuerpo la costumbre, como detalle de elegancia, que los motoclubes lucieran sus emblemas en la espalda, esto era uno de los detalles más comunes en la habitualmente elegante vestimenta de los moteros de esa época inicial.

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Hasta esa época los clubes existentes se integraban por personas que simplemente eran propietarios de motocicletas, vestían elegantemente, con estilosas corbatas y bonitas gorras, con una apariencia muy glamourosa. Se daba incluso el caso de que en algunos clubes si algún miembro se presentaba a alguna de las concentraciónes sin corbata, era multado por la directiva, pero con la conclusión de la Segunda Guerra Mundial estas formalidades desaparecieron y fueron remplazadas por algo más primario: la necesidad de “evadirse”.

Así, tras la Segunda Guerra Mundial y la reincorporación a la vida civil de los militares que habían intervenido en la misma, empieza a cambiar esta percepción de elegancia en la vestimenta y los moteros, en su mayoría veteranos de la guerra, empiezan a vestir con ropa militar, como los pilotos de caza o miembros de tripulaciones aéreas que muchos habían sido, con sus cazadoras de aviador y sus botas de cuero.

Después de años de emboscadas, asaltos cuerpo a cuerpo y terribles bombardeos, estos chicos volvían a casa y… se aburrían… se aburrían terriblemente en medio de la gris y aburguesada sociedad norteamericana de mediados de los 40, por eso muchos de ellos decidieron a su regreso empezar a competir con sus motos. Muchos tras su experiencia bélica se habían convertido en unos seres más libres de espíritu que antes de su alistamiento, habían visto la muerte de cerca y una insaciable ansia de apurar la vida les envolvía.

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Estos nuevos aficionados a las motos (se les empezaría a conocer como “BIKERS”) ignoraban las disposiciones y regulaciones preestablecidas para competir y realizar carreras, las vulneraban y organizaban sus propias carreras “ilegales” en el desierto. El término de “motero proscrito” que ha llegado a nuestros días desciende de aquí, pero no eran realmente delincuentes ni miembros de asociaciones criminales… simplemente organizaban y participaban en carreras “ilegales” o no autorizadas, de aquí nació el término “Outlaw Bikers”: los fuera de la ley, los moteros proscritos.

En este contexto se produjeron los conocidos incidentes de Hollister, que creo que todos conocemos y que forjó la leyenda del famoso 1%. Los MC del 1% y como signo para diferenciarse de los de la AMA, empezaron a lucir el referido distintivo del 1%, pero además, como signo de la voluntad de distanciarse de los clubes de la AMA el parche grande de la espalda se dividió en tres; un parche superior (TOP ROCKER) en el que se inscribía el nombre del club, el parche central con el logo (COLORES o COLOURS) y uno inferior con el lugar de procedencia (BOTTOM ROCKER).

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Además de estos parches de la espalda, los chalecos se complementaban con otros parches frontales que mostraban el rango de la persona que lo llevaba, ya que todos estos grupos 1%, o la mayoría se nutrían de personas que, como he comentado, procedían del ejército (veteranos de guerra) y como tal, se nombraban dentro del grupo con rangos. Aún hoy en día se siguen utilizando los rangos en los MCs.

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Por eso, el chaleco es una prenda con una gran carga simbólica, ya que, en el caso de los MC, es la prenda que porta sus colores: su parche de la espalda.

Pero volvamos a la primera cuestión ¿por qué un chaleco? Muy sencillo, estos grupos lucían sus colores y emblemas en grupo, pero la presencia policial o de otras bandas rivales hacía que no siempre fuera conveniente mostrarlos. Así las cosas, el chaleco es de las prendas más cómodas para este cometido, ya que se puede colocar encima o debajo de la cazadora de motero.

Si nos fijamos, los MC’s no suelen llevar más parches que los aludidos, ya que se limitan a llevar sus colores, el consabido 1% y sus rangos, pero el resto de la gente del mundillo custom suele llevar multitud de parches y medallas de distintas procedencias y significados. ¿De dónde viene esta costumbre? Parece ser que esto proviene de Gran Bretaña, de la época en que los rocker y los mods pusieron de moda adornar el vestuario e incluso la moto con todo tipo de insignias y recuerdos.

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Hoy, el chaleco no es una prenda que signifique unanimidad y hay mucha gente que ha prescindido de él. Sin embargo, la gran mayoría lo sigue utilizando y para cada uno tiene su propio significado, adornándolo con los parches, emblemas o medallas que tienen algún valor para él. En cualquier caso, como siempre, es un tema muy personal, pero es importante que si cargamos un chaleco conozcamos de donde proviene y que significa.

¿POR QUÉ ME GUSTAN LAS MOTOS?

Me han preguntado que ¿por qué me gustan las motos?
Mi respuesta es porque lo relaciono con la vida:
– La moto no tiene reversa al igual que la vida.
– Si pierdes el equilibrio te caes.
– La moto me enseñó que la primera es para abajo y todas las demás hacia arriba (no importa cuantas veces caigas, siempre te podrás levantar).
– Que ir rápido no es sinónimo de ser mejor o el más hábil.
– Que si frenas con una rueda quizás tardes en detenerte, pero si utilizas las dos te detienes a tiempo (razón y corazón).
– Que siempre debes de estar alerta para cualquier situación, sin importar la hora.
– La libertad de saber quién eres, observando el paisaje mientras haces lo que te gusta.
– Reír mientras sientes el aire en tu rostro, es la mejor terapia diaria.

– Como en el amor: solo puedes llevar a un acompañante.
Y la más importante:
– No cualquier persona se atreve a andar en una moto (no todos se atreven hacer cosas nuevas).
Por eso y muchas cosas mas amo las motos y amo ser motociclista !!!

Tomado del perfil biker de facebook de Walter «Wallo» Miño